Hola, mi nombre es Sofie Adele Muench Reyes, soy estudiante de la clase de 2020 de la Universidad de Florida. Al tener una doble especialización en Psicología y Sociología, además de haber sido excelente para comprender a las personas, sus problemas y situaciones, a menudo me encontraba contenta. con la forma en que estaba viviendo la vida. Siempre he sido una chica del tipo “no llores, no se resolverá”. Haber seguido ese lema toda mi vida me había funcionado, o al menos eso creía. Al no “llorar” por ciertas situaciones, recuerdos o eventos, pude, hasta cierto punto, analizar el problema o la situación y actuar en consecuencia. Sin embargo, nunca esperé cuán fuertes podrían ser las emociones enterradas una vez que se liberaron. La vida es desordenada. Hay altibajos, así es simplemente. PERO depende de nosotros decidir cómo enfrentamos esos momentos atrevidos; preocupado y asustado o con una sonrisa en la cara. Esa es la clave que me recordó María, me ayudó a entender el poder que tiene nuestra mente, para bien y para mal. Durante el verano de 2017, todo se desató para mí; problemas de relación, estrés y ansiedad de la universidad, largas horas de trabajo y recuerdos de eventos tristes anteriores en mi vida. Confía en mí, no fue bonito. Mi madre me recomendó tener una sesión con María, solo para probar y ver cómo iban las cosas. Yo era escéptico, pero le di una oportunidad. Desde la primera vez que conocí a María, me sentí desnudo, ella podía ver a través de todas las sonrisas falsas. Ella me vio, mi esencia, me hizo sentir segura. Curiosamente, cada sesión con María es drásticamente diferente. Algunos pueden querer hacerte llorar y nunca parar, otros harán que te quedes sin aliento después de tanta risa, mientras que otros te abrirán la mente a un nuevo nivel de comprensión. En definitiva, eso es lo que hace María, no te dice cuáles son tus problemas, tú sabes cuáles son. Tampoco te dice exactamente cómo arreglarlos; ella no puede y no quiere porque es tu vida, no la de ella. Esa es la belleza de su don, no enseña a ser… más bien te recuerda tus propias cualidades y te ayuda a enfocarte en lo que es importante para ti y te ayuda a luchar por ello.