Gracias María!
La vida sucede en un instante, pero es cuando recapitulamos en retrospectiva que nos permitimos valorar, agradecer, concientizar e integrar dichas experiencias.
Tu incansable acompañamiento, escucha activa y gran capacidad de observar con tu hábil discernimiento me hizo CONFIAR en tus palabras, en tu hombro, en tu ejemplo de vida y aun más allá en lo que me permitiste tomar a través de ti misma, y no solo de las herramientas que pusiste a mi alcance, he ahí la diferencia contigo.
No estuve en terapia, ni en un lavado de cerebro como banalmente le llamamos a los 60 minutos que invertimos a la semana en nuestro desahogo emocional y psicológico, sino que durante 11 meses me sentí segura, íntegra, valorada, respetada, validada, apoyada y respaldada.
Agradezco a la vida su recordatorio a través de ti para ayudarme a lograr ser todo lo que soy capaz.
¡Te abrazo muy fuerte!
Dalia.